Alas Azules


Por fin el velo de los ojos ha caído, y lo único que veo son sombras, recuerdos de la imagen de mi mariposa de alas azules que siempre proporcionaba resplandor en la oscuridad de mi ceguera espiritual.

Malditos sean los ojos que cenizas ven de la fantasía que amamantaba mi vida, como cual niño, muero al ser separado del seno de la ilusión en la había creído.

El corazón empolvado, de un soplo se es rejuvenecido, sólo para recordarle el sabor del agridulce dolor, el cual había tratado de olvidar.

Pero aquellas sombras se aclaran y las cenizas se avivan, y los ojos al fin abiertos vislumbran un punto al a distancia, distraído y difuso pero ahí esta, y más que verlo el corazón lo siente.

Cual ser mitológico mi mariposa revive emanando su calida, inmutable, cínica e irónica frialdad; en su parodia de fénix impresiona mi estúpido deseo.

Mis ojos torpes no enfocan esta percepción, solo ven las cenizas y ese maldito color del fracaso del tiempo, aquel gris del recuerdo imborrable de una trágica acción, que desgarra las viseras, y al parecer los ojos sarcásticos disfrutan al ser impulsados por la adrenalina de mi perturbada existencia.

Estoy harto de esta fatiga visual, y de aquel rose de presencias que atormentan la esperanza, ese vaivén entre lo real y mi anhelo.

Con la estaca del espíritu boto de sus cuencas la desgracia de mis ojos. Con las uñas encarnadas desgarro las alas de la burla que me apasiona. Y con las cuencas vacías y alas en mi espalda, vuelo hacia una dimensión sin estupideces ni tormentos.

2 comentarios:

Br3n dijo...

Los sueños son asi, crueles por que parecen ser reales y terminan siendo alucinaciones y gritos de nuestro inconciente, cierra los ojos, y deja que pase el tiempo lo que anelas llegará

Anónimo dijo...

Tsss...me imagine que me estabas recitando un poema con un sentimiento tan fuerte y visceral que hasta sentí lo que llegaste a sentir cuando escribiste estos parrafos.